El silencio del amor

EL SILENCIO DEL AMOR

Mal. He llegado en su punto en el cual el amor me hace daño. El corazón se me va empobreciendo y la alegría se va apagando en momentos de soledad como una llama en medio de la nieve. Frío. Soledat. Necesito su calidez, el rescoldo, la esperanza.

Su mirada penetrante, su cuerpo rígido y sensual, las manos, los labios, la sonrisa, la voz... todo me falta. Tal grande mal se ha apoderado de mí y tal pena estoy pasando. La esperanza ha volado lejos. Nada me queda, tan sólo un suspiro. Lo sueño en su perfección y lo anhelo. Sueño detrás sueño lo veo, sueño detrás sueño podemos cumplir juntos mis deseos pero nunca me puedo quedar. La cruel mañana me despierta haciéndome alejar de él. El sol me ilumina mientras yo me apago.

Lo veo a distancia y me deshago. Caro como puedo estimar tan locamente una alma impenetrable?
Llevar y distando se mantiene su cuerpo y alma y, a cada paso, cada minuto, cada segundo, va destrozando la mía. No puedo abrir *mon amor a nadie más. Él tiene la clave. Él la tiene.

Olvidarme? Cómo poderlo cumplir si sus caricias están incrustadas a mi piel, sus besos son recuerdos permanentes, su voz me ha llenado, su aroma me es continuamente presente y mi mirada sólo se centra en él?

Los ojos tristes, cansados y transparentes no se pueden penar más por tal hecho caro con tan grande mal ya las lágrimas se me han secado.

Pena. Pena por dentro y mal de amor. Mi cuerpo resistente combate contra el dolor pero bien llevar es sentirlo y no hablarle, mirarlo y no tocarlo, soñarlo y no besarlo.

Maldición la del amor que se te apodera y despacio de pena te mata. Maldición de poseer una alma *inconsolable y maldición de no ser correspondido.

Espero un milagro, espero una palabra, espero una respuesta, espero un gesto, espero una mirada, espero una caricia, espero un abrazo, espero, espero y espero pero sólo aparece silencio. Y en su silencio habita el mío. Puede ser un silencio eterno, un silencio infinito.

Mi cuerpo lo dejará, no mi amor,
seré ceniza pero tendrá sentido;
Polvo seré, pero polvo enamorado.


Aida Canyet Gifreu, 2013